En un entorno competetivo, no cabe la supervisión esporádica de las actividades y procesos que se llevan a as a cabo en las empresas o, dicho de otro modo, ya no pueden ser una opción, los procesos deben estar bajo control. Siendo el control de proceso, el pilar sobre el que se asientan las decisiones en la gestión de la producción. 

Una empresa que aplica los métodos y estudios para el control de su procesos, podrá alcanzar niveles de productividad competitivos y formidables, con el cual tendrá a su mano, todo el conocimiento posible del proceso productivo en si.  Y partir de ahí, disfrutar de los beneficios que esto genera desde el punto de vista operativo (nivel de satifacción de sus colaboradores), el estado de las máquinas (mayo disponibilidad, disminución de tareas correctivas, etc), así como el aseguramiento de la calidad de sus productos.  

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